El Colegio Asturias está en Vallecas, uno de los barrios más deprimidos de Madrid. Sus dos cursos de 1º están constituidos por niños y niñas de varias nacionalidades, alrededor de 20 alumnos por grupo.

Piedad es una maestra “a la antigua”. Se queja de que con la fragmentación de áreas que hay en las escuelas, no tiene tiempo suficiente para estar con sus niños. Su aula debería ser conocida (obligatoriamente) por los ministros de educación y sus tecnócratas asesores. No hay un espacio vacío en ella. De sus paredes y estanterías cuelgan ristras de números, carteles con autobiografías de sus alumnos, murales con experiencias, estantes con libros, cajas de plástico con trabajos de los niños… A la puerta, un “bosque de los cuentos” fabricado con papel de seda y pinocho, entre los que reconocí a varios personajes de cuentos. Si en su aula había un ordenador, no lo vi, y no se necesitaba. Sí se percibía la alegría de los niños y los cuidados y caricias de su maestra.

¡Vaya si habían trabajado con Ojo de Nube! Alternando la lectura en clase y en casa, los niños habían seguido la historia y realizado murales sobre los crow y su historia; se habían dado nombres indios, según sus personalidades, habían elegido sus personajes favoritos en el libro… Como si fueran alumnos de 10 o 12 años, hicieron preguntas pertinentes y acertadas sobre el libro y la escritura.

Una de las experiencias de Piedad fue que cada niño regalase una pluma a otro niño o niña de la clase, explicando por qué se la regalaba. Los trabajos pueden verse aquí…

¡Pero había mucho más!

Gracias, Piedad, por este regalo…

(Mientras escribo estas líneas se habla de dónde se va a ahorrar dinero de educación, para alimentar a las alimañas del mercado. Nos dicen que las medidas no afectarán a la calidad de la enseñanza. Pero el número de alumnos por aula puede pasar de 25 a un máximo de 30. Puede que en no mucho tiempo, las dos aulas de Piedad se fundan en una sola… ¿En qué quedarán estas experiencias? ¿Cómo aprenderán a leer y apasionarse por la lectura 30 niños de distintas nacionalidades y con tan precarios niveles socioeconómicos? Duele, claro.)